miércoles, 2 de marzo de 2011

Comentario de Don Juan Tenorio


 Fabiano y Clarisa

El comentario del trozo de Don Juan Tenorio, por José Zorilla

 EL ASUNTO
Don Gonzalo le pregunta a Butarelli si llegarán pronto ya que el tiempo señalado se vence a las ocho. Que él espera que todo sea una burla. Butarelli dice que no sabe si se cumplirá lo acordado pero que ya no queda mucho tiempo y quien no se presente a la primera campanada perderá. Butarelli está intrigado porque no sabe quién es este hombre que se esconde detrás de un antifaz y no parará hasta averiguarlo. Luego Don Gonzalo se queja porque tiene que someterse a tal juego pero que en fin no le importa ya que lo hace por la tranquilidad de su hija.
Entonces llega Don Diego y pregunta si esta es la Hostería del Laurel, si se encuentra el hostelero y si allí tiene una cita Tenorio. Al no saber si Tenorio acudirá a la cita decide esperarlo, se sienta al lado opuesto de Don Gonzalo y de malhumor hace callar a Butarelli quien le preguntó si deseaba comer algo. Don Diego se lamenta que un hombre de su estirpe tenga que rebajarse de esta manera pero que no sería humillación al hacerlo por su hijo. Al final Butarelli los mira a los dos y dice que para este tipo de hombres tiene provisiones de sobra ya que pagan y no consumen.

APARTADOS – Hay dos.

A)    Don Gonzalo viene de incógnito a la hostería y la reacción de Butarelli – “Ya está aquí… no es para echarlo a juego.” (ll 1-29)

B)    Don Diego irrumpe en la hostería decidido a esperar a Tenorio –“La seña está terminante… que no hacen, y así se medra.” (30-77)

LA ESTRUCTURA Y EL TIEMPO
En la escena VII José Zorilla usa versos octosílabos de cuatro estrofas con rima asonante (abba). En la escena VIII también hay versos octosílabos de cuatro estrofas con rima asonante aunque también se introducen las quintillas que son combinaciones de cinco versos de cualquier medida que tienen una consonancia diferente. Por ejemplo:
“¿Sois vos Butarelli?
            Yo.
¿Es verdad que hoy tiene aquí
Tenorio una cita?
            Sí.
¿Y ha acudido a ella?
            No.
¿Pero acudirá?”

También se puede observar que el lenguaje que se usa es el castellano moderno aunque algunas palabras pertenecen al castellano antiguo. Por ejemplo: “pardiez,” “avenga.”
Otro aspecto importante de estas escenas (y de la obra en sí) es que transcurren en la Edad Media. Esto es cierto cuando se hace referencia a los nobles y sus linajes, la hostería típica de esta época, la forma en que se presentan los diálogos y en la que los personajes se dirigen entre ellos. También podemos observar la actitud de los personajes: D. Gonzalo, orgulloso, justiciero;  y D. Diego, altanero y arrogante.

ACTITUD
La actitud del autor hacia los personajes es un contraste entre D. Gonzalo, orgulloso y justiciero;  D. Diego, altanero y arrogante; y Butarelli, curioso y pendenciero. También se puede apreciar el amor y la responsabilidad de los padres hacia los hijos cuando dice: “me importa el sosiego de mi casa, y la ventura de una hija sencilla y pura” y “no hay humillación que un padre no se baje por un hijo.” Éstas son palabras positivas en la narración en la que se nota la responsabilidad y el amor hacia los hijos.

APARTADO A: Don Gonzalo viene de incógnito a la hostería y la reacción de Butarelli.

BUTARELLI.                        Ya está aquí.
D.GONZALO            .                                   Gracias patrón;
                                    ¿tardarán mucho en llegar?
BUTARELLI.                        Si vienen, no han de tardar;
                                    cerca de las ocho son.
D. GONZALO.          ¿Esa es la hora señalada?
BUTARELLI.                        Cierra el plazo, y es asunto
                                    de perder quien no esté a punto
                                    de la primera campanada.
D. GONZALO.          Quiera Dios que sea chanza,
                                    y no lo que se murmura.

Lo primero que se menciona en el trozo es a Butarelli con las palabras “ya está aquí” y a D. Gonzalo con la pregunta “¿tardarán mucho en llegar?” Con esta entrada podemos notar una actitud de ansiedad y espera. Uno se imagina que todo el pueblo está atento a que se produzca el encuentro.  También se nota que Butarelli sabe todo lo que pasa porque vemos a D. Gonzalo preguntándole a él por la hora del encuentro. Por otro lado se puede observar la preocupación de padre que tiene D. Gonzalo “Quiera Dios que sea chanza” aquí vemos esa súplica a Dios que lo que se comenta sea un chisme y no la verdad, ya que el significado de “chanza” es  broma o chiste.

 BUTARELLI.           No tengo aún por muy segura
                                    de que cumplan la esperanza;
                                    pero si tanto os importa
                                    lo que ello sea saber,
                                    pues la hora está al caer,
                                    la dilación es ya corta.
D. GONZALO.          Cúbrome, pues, y me siento

Aquí se puede notar la intriga de Butarelli con D. Gonzalo cuando le contesta: “pero si tanto os importa… la hora está al caer.” El lector/a  puede notar claramente la curiosidad de Butarelli hacia D. Gonzalo en el penúltimo párrafo de la escena VII:  

BUTARELLI.                        (Aparte)
                                    Curioso el viejo me tiene
                                    del misterio con que viene…,
                                    y no me quedo contento
                                    hasta saber quién es él.

Esto nos deja saber que D. Gonzalo no era muy conocido por el pueblo. También vemos la integridad de D. Gonzalo y su deber como padre en el último párrafo de esta escena:

D. GONZALO           ¡Que un hombre como yo tenga
                                    que esperar aquí y se avenga
                                    con semejante papel!
                                    En fin, me importa el sosiego
                                    de mi casa, y la ventura
                                    de una hija sencilla y pura,
                                    y no es para echarlo a juego.

Desde el inicio de este párrafo podemos notar que D. Gonzalo no es cualquier persona sino un caballero. Con la frase “un hombre como yo… con semejante papel” vemos que él se encuentra en una posición incómoda y humillante. Pero que no le importa hacerlo por el bienestar de su hija. Entonces el narrador nos da a entender la importancia que para D. Gonzalo tiene la familia, “no es para echarlo a juego” con esto hace referencia que para él su deber como padre no es cosa de relajo o de broma sino algo serio que él defenderá a cualquier costo.

APARTADO  B: Don Diego irrumpe en la hostería decidido a esperar a Tenorio.

D. DIEGO.                 “La seña está terminante;
aquí es; bien me han informado;
llego, pues.
BUTARELLI.                        ¿Otro embozado?
D. DIEGO.                 ¡Ah de esta casa!
BUTARELLI.                                    Adelante”

Aquí el narrador describe la entrada de Don Diego en la que podemos apreciar la actitud con la que irrumpe. Nos da a entender que Don Diego es un hombre decidido y que ha llegado al lugar exacto en que debería estar. Butarelli hace referencia a que el visitante también está “embozado.” El significado de embozar es ocultar o cubrir una parte del rostro. Esta escena ocurre en la noche de carnaval y por eso la mención del antifaz, aunque el significado de “embozado” puede referirse también a que D. Diego, como lo hace D. Gonzalo, quiere ocultarse para no ser reconocido en la hostería, en este caso por Tenorio, como veremos más adelante. También D. Diego muestra una actitud de desprecio hacia la hostería cuando dice –“¡Ah de esta casa!” – lo que nos da a entender que él es una persona adinerada o que pertenece a la nobleza. No obstante Butarelli lo recibe sin quejas.

D. DIEGO.                 “¿La hostería del Laurel?
BUTARELLI.                        En ella estáis, caballero.
D. DIEGO.                 ¿Está en casa el hostelero?
BUTARELLI.                        Estáis hablando con él.
D.DIEGO.                  ¿Sois vos Butarelli?
BUTARELLI.                                    Yo.
D.DIEGO.                  ¿Es verdad que hoy tiene aquí
                                    Tenorio una cita?
BUTARELLI.                                    Sí.
D. DIEGO.                 ¿Y ha acudido a ella?
BUTARELLI.                                    No.
D. DIEGO                  ¿Pero acudirá?
BUTARELLI.                                    No sé.
D. DIEGO.                 ¿Le esperáis vos?
BUTARELLI.                                    Por si acaso,
                                    Venir le place
D. DIEGO.                 En tal caso,
                                    Yo también le esperaré.”

Aquí confirmamos que D. Diego es un “caballero” lo que manifiesta que pertenece a la nobleza y contrasta con la actitud de la que nos referíamos en el párrafo anterior. Ya que es un noble tiene el derecho y la autoridad a menospreciar lo que no corresponde a su linaje. También el narrador nos da a entender que D. Diego sabía precisamente a dónde dirigirse y a quién referirse cuando entró en la posada ya que él mismo nombra a la “Hostería del Laurel” y pregunta por Butarelli. También podemos observar que D. Diego sabía que Tenorio iba a presentarse en el lugar debido a que tenía un encuentro con el joven con quien había hecho una apuesta: la de ver “quién haría en un año, con más fortuna, más daño.” Aunque la apuesta está en pié, esta parte del diálogo nos da a entender que nadie sabe si el encuentro entre los dos apostadores sucederá debido a la incertidumbre de las palabras que se emplean. – “¿Pero acudirá?” – “No sé” – “En tal caso, yo también le esperaré.” Con estas últimas palabras podemos deducir la determinación de D. Diego de encontrar lo que había venido a buscar hasta el punto de “codearse” con gente que no pertenecía a su alcurnia ni sus costumbres.

BUTARELLI.                “¿Que os sirva vianda alguna
                                    queréis mientras?
D.DIEGO                               No. Tomad.
BUTARELLI.                        ¡Excelencia!
D.DIEGO.                              Y excusad
                                    Conversación importuna.
BUTARELLI.                        Perdonad.
D. DIEGO.                             Vais perdonado;
                                    Dejadme pues.
BUTARELLI.                        (Aparte)           ¡Jesucristo!
                                    En toda mi vida he visto
                                    Hombre más malhumorado.”

Aquí se puede ver claramente la actitud de los dos personajes. Obviamente, Butarelli es el servidor y dueño de la hostería pero sabe reconocer al noble y sumirse ante él. Contrariamente, D. Diego es el que, impaciente ante la espera, se rebaja a formar parte de un ambiente al que no pertenece. Butarelli al ofrecerle algo de comer (o beber) irrita al noble quién lo hace callar tirándole dinero – “No. tomad.” Aunque no especifica que es exactamente lo que le arroja, se podría deducir que es dinero ya que por ser noble es lo que le sobra, y por otro lado, es seguro que no hay nada más efectivo que el dinero para conseguir algo. También Butarelli responde con “¡Excelencia!” indicando no sólo un singular aprecio y estimación por el hecho, pero también un tratamiento de respeto y cortesía hacia el noble. Así el caballero le pide que si escucha algo de la “conversación importuna” que lo ignore. La palabra “importuna” viene del adjetivo inoportuno que se refiere a algo que está fuera de tiempo o de intención, que es exactamente lo que D. Diego piensa que está pasando en ese preciso momento. Luego podemos ver una vez más la altanería del noble al decir: “vais perdonado; dejadme pues.” Los diálogos de esta naturaleza aciertan en la intención, el carácter, la conducta, los orígenes, la seriedad, etc. que contrastan tan apropiadamente a los dos personajes de esta escena. Por ejemplo: servicial vs. displicencia, intriga vs. fastidio, discreción vs. arrogancia. Sin embargo, también podemos observar las acotaciones negativas que Butarelli hace acerca del noble pero sin que este le escuche (aparte), aunque éstas no son tan severas como las que hace D. Diego.

D. DIEGO.                 “¡Qué un hombre de mi linaje
                                    descienda a tan ruin mansión!
                                    Pero no hay humillación
                                    a que un padre no se baje
                                    por un hijo. Quiero ver
                                    por mis ojos la verdad,
                                    y el monstruo de livianidad
                                    a quien pude dar el ser.”

Es aquí donde se advierte por completo la personalidad, la actitud y el remordimiento que D. Diego siente. “¡Que un hombre de mi linaje” nos confirma que D. Diego es parte de la nobleza, que es un ser superior a cualquiera que entre en ese lugar; también reconfirma esta postura al referirse con tanta arrogancia “descienda a tan ruin mansión!” ya que no por ser una “mansión” este lugar tiene las características de las mansiones de la nobleza. “Ruin” es algo bajo, vil o despreciable, con costumbres malas o que no atañen a la aristocracia. Por otro lado, la palabra “descienda” implica que D. Diego debe disminuir temporariamente su calidad de noble. Así también vemos cómo se excusa él mismo de sus acciones para no caer en la “humillación” aludiendo a que un padre no debería mortificarse ni sentirse vasallo ya que lo está haciendo por su hijo. “Quiero ver por mis ojos la verdad” alude a que el padre había escuchado acerca de esta apuesta y que le cuesta creerlo ya que necesita verlo con sus propios ojos. Que no hay nada mejor para saber la verdad que ir a la misma fuente.  Luego se refiere a su hijo como a un “monstruo de livianidad a quien pude dar el ser” con lo que de alguna manera sabe que su hijo hace cosas que van en contra de la naturaleza con que fue criado y educado.

BUTARELLI.              “¡Vaya un par de hombres de piedra!
                                    Para éstos sobra mi abasto;
                                    mas, ¡pardiez!, pagan el gasto
                                    que no hacen, y así se medra.”

Butarelli los califica a los dos hombres como “de piedra” refiriéndose a que no tiene corazón,  que están llenos de vanidad y orgullo. Que por más que se cubran las caras y permanezcan en silencio sus emociones transparentan por sus acciones. Pero que a este tipo de hombres Butarelli sabe cómo tratarlos y que su casa tiene suficiente comida para entretenerlos – “Para éstos sobra mi abasto.” Luego utiliza la palabra “¡pardiez!” que es una expresión antigua y significa ¡por Dios!, que ellos vienen a la hostería ordenan lo que no consumen y luego pagan; y esto es favorable para él y su negocio, que es así como se progresa – “así se medra.”

TEMA
El amor hacia los seres queridos (los hijos y las hijas) puede sobreponer hasta las más arraigadas vanidades.

CONCLUSIÓN
Creemos que este trozo muestra claramente los que un padre es capaz de hacer por sus hijos. El amor y la responsabilidad de los padres hacia los hijos no terminan con los años de los hijos/as. La forma en que están escritas estas escenas son fáciles de entender y con saber un poco de que trata la obra uno puede darse cuenta de su estilo caballeresco. Nos atrapó la intriga que se desarrolla en las escenas ya que poco se sabe de estos dos hombres que quieren saberlo todo pero no quieren dar las caras. También nos gustó el espacio en las que nos sitúan las escenas ya que nos transportan a la época medieval, con diálogos con un tono festivo (ya que sucede en la noche de carnaval), pero a la vez serio y con un deje burlón.

2 comentarios: